Marruecos es un país de contrastes, donde los paisajes cambian a cada kilómetro y la historia se entrelaza con la cultura viva de sus pueblos. Uno de los viajes más fascinantes que puedes hacer es la ruta de 3 días desde Ouarzazate hasta el desierto de Merzouga, una aventura que te llevará a través de valles, kasbahs legendarias y, finalmente, hasta las imponentes dunas del Erg Chebbi.
Día 1: De Ouarzazate al Valle del Dades
El viaje comienza en Ouarzazate, la mítica puerta del desierto, un lugar donde la arquitectura de adobe y los estudios de cine le han valido el apodo de “El Hollywood de África”. Tras un breve recorrido por la Kasbah Taourirt y, si el tiempo lo permite, una visita a los Atlas Studios, nos dirigimos hacia el exuberante Valle de las Rosas, famoso por su producción de agua de rosas y sus paisajes de ensueño.
Poco después, entramos en la espectacular Garganta del Dades, una maravilla natural esculpida por el paso del agua y el viento a lo largo de los siglos. Aquí, la carretera serpentea entre paredes de roca rojiza, revelando vistas impresionantes y pueblos bereberes enclavados en la montaña. La noche la pasamos en un riad tradicional, donde la hospitalidad marroquí se siente en cada detalle.
Día 2: De las Gargantas del Todra a las dunas de Merzouga
Después de un desayuno con vistas a las montañas, continuamos nuestro camino hacia otro de los rincones más impresionantes de Marruecos: las Gargantas del Todra. Este cañón de paredes verticales de hasta 300 metros de altura es un paraíso para senderistas y amantes de la fotografía. Caminamos un rato entre sus imponentes formaciones rocosas antes de seguir la ruta hacia el desierto.
A medida que avanzamos, el paisaje se vuelve cada vez más árido, y la carretera nos conduce hasta Merzouga, la entrada a las majestuosas dunas del Erg Chebbi. Aquí nos esperan los dromedarios, listos para guiarnos en una caravana a través del mar de arena. Con el sol tiñendo el horizonte de tonos anaranjados, llegamos al campamento bereber donde pasaremos la noche.
La velada en el desierto es un sueño hecho realidad: una cena bajo un cielo estrellado, música tradicional alrededor del fuego y la paz absoluta que solo se encuentra en la inmensidad del Sahara. Dormir en una haima entre las dunas es una experiencia que difícilmente se olvida.
Día 3: Amanecer en el Sahara y regreso a Ouarzazate
El día comienza antes del amanecer, cuando el silencio del desierto solo se rompe con el sonido del viento entre las dunas. Contemplar el sol emergiendo en el horizonte, pintando el paisaje de tonos dorados, es un espectáculo que quedará grabado en la memoria para siempre.
Tras el desayuno en el campamento, regresamos en dromedario hasta Merzouga, donde nuestro vehículo nos espera para emprender el camino de vuelta. Durante el trayecto, hacemos algunas paradas en pueblos bereberes y oasis escondidos en el camino, disfrutando una vez más de la diversidad paisajística de Marruecos.
Finalmente, llegamos a Ouarzazate por la tarde, con la sensación de haber vivido una de las aventuras más mágicas de nuestras vidas.
¿Por qué elegir esta ruta?
A diferencia del viaje desde Marrakech, esta ruta permite una exploración más pausada de los valles y paisajes que conducen al desierto, ofreciendo una experiencia más inmersiva en la cultura bereber. Es la opción perfecta para quienes desean descubrir el auténtico Marruecos, combinando historia, naturaleza y la magia del Sahara en una misma travesía.
Si alguna vez has soñado con perderte en el desierto y sentir su magnetismo en la piel, este viaje es para ti. ¿Listo para la aventura?
